En la era Fracisco, la Iglesia cambia y ahora reflexiona sobre cómo abrirle las puertas a los gays.

El sínodo de obispos, que reúne en el Vaticano desde hace una semana a más de 200 arzobispos y cardenales de todo el mundo, se interrogó por primera vez sobre cuál debe ser la actitud más correcta y realista de la Iglesia hacia las parejas homosexuales y sus hijos.

Los participantes en el Sínodo de los obispos consideran que los homosexuales "tienen dones y cualidades para ofrecer a la comunidad cristiana", a la vez que se interrogan sobre cómo encontrar una camino realista de bienvenida. La Iglesia abandona así abiertamente el tono de condena y prejuicio para este grupo, en donde queda claro la revolución pastoral a la que apela el papa Francisco.

Así se lee en la "Relatio post disceptationem", documento resumen de todas las intervenciones de la pasada semana donde más de 200 arzobispos y cardenales de todo el mundo reflexionaron en torno al desafío de la familia moderna, y que el relator general del Sínodo, el cardenal húngaro Peter Erdö, presentó este lunes ante la asamblea extraordinaria de obispos.

En el capítulo dedicado a este asunto, los religiosos se preguntan: ¿Estamos en grado de recibir a estas personas, garantizándoles un espacio de fraternidad en nuestras comunidades?, ¿Nuestras comunidades están en grado de serlo, aceptando y evaluando su orientación sexual, sin comprometer la doctrina católica sobre la familia y el matrimonio?

Ante estos interrogantes, los obispos no sacan conclusiones y se limitan a afirmar que la cuestión de la homosexualidad "requiere una reflexión seria sobre cómo elaborar caminos realistas de crecimiento afectivo y de madurez humana y evangélica integrando la dimensión sexual".

Para los participantes en este Sínodo sobre la familia, este tema "se presenta como un importante desafío educativo".

Los obispos afirman que tomaron en consideración durante los últimos días que "hay casos en que el apoyo mutuo, hasta el sacrificio, constituye un valioso soporte para la vida de las parejas".

Y aseguran que "la Iglesia tiene atención especial hacia los niños que viven con parejas del mismo sexo, reiterando que en primer lugar se deben poner siempre las exigencias y derechos de los pequeños".

No obstante, en este apartado los miembros de la Iglesia católica reiteran que para ellos "las uniones entre personas del mismo sexo no pueden ser equiparadas al matrimonio entre un hombre y una mujer". Y concluyen que sobre este tema "no es aceptable que se quieran ejercer presiones sobre la actitud de los pastores o que organismos internacionales condicionen".

Las nueve páginas de la "Relatio post disceptationem" servirán ahora al Sínodo de base para los trabajos de los llamados "círculos menores", grupos divididos por idiomas para preparar el documento final que será entregado al papa Francisco a finales de semana.
Fuente: Minuto1

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