“Una política para la clase obrera”

(Discurso de Jorge Altamira en el acto público de apertura del XXII Congreso del Partido Obrero)
Compañeras y compañeros, bienvenidos todos a este XXII Congreso del Partido Obrero. Bienvenidos los compañeros que, como activistas y delegados en sus empresas, en sus fábricas y en
sus talleres realizan algo más que organizar contra la prepotencia patronal, porque desenvuelven una capacidad de organización, desenvuelven una conciencia política en la clase llamada a transformar el país y transformar el mundo. Bienvenidos los compañeros de la juventud. Bienvenidos los compañeros del Encuentro Memoria, Verdad y Justicia. Bienvenidos los compañeros del Frente de Izquierda. La pregunta es: ¿por qué hemos elegido inaugurar públicamente este congreso y en un lugar relativamente modesto? Porque el propósito nuestro es que el país sepa que el Partido Obrero hace un congreso. Y que el país, en la medida en que podamos desenvolve! r el interés por este congreso, se interese por sus conclusiones. Nuestro propósito es que el millón trescientos mil ciudadanos, trabajadores, que votaron por el Frente de Izquierda observen cómo delibera, cómo llega a sus propias conclusiones, esta organización política que ha recibido un mandato tan contundente. Queremos que esta deliberación llegue a los compañeros de Las Heras; que ellos sepan que el Partido Obrero se reúne, militando dentro del Frente de Izquierda, para afilar mejor las armas que nos permita derrotar esta indigna condena a cadena perpetua, por luchar. Queremos que llegue a los compañeros, también petroleros de Santa Cruz, que se encuentran con prisión preventiva, algo que sólo se aplica por delitos tremendos y delincuentes peligrosos, y que en este caso se ha aplicado a quienes luchan contra el impuesto al salario y por mejoras de adicionales de viaje, en las inmensidades de espacio que tiene la Patagonia. Que también la mamá y el papá de Luciano Arruga sepan que nosotros estamos reunidos aquí, para luchar para que la juventud argentina se organice para cambiar todo esto, que es la única forma de terminar con los narcotraficantes y con la policía asociada a narcotraficantes que presionó, coaccionó, extorsionó a Luciano, y Luciano rechazó, porque era un joven firme de carácter y de personalidad, y por eso lo mataron. Que también nos atiendan los maestros de La Rioja, no sólo de Salta, sino también de La Rioja, y sepan que el Partido Obrero se va a empeñar fuertemente en la victoria de los docentes. Si los docentes de Salta ganan, sería la cuenta regresiva de Urtubey y de las camarillas pejotistas en esa querida y hermosa provincia norteña de Argentina, que muchos han rebautizado de un “modo diferente”.! Queremos que nos presten atención, porque hemos avanzado mucho en este proceso de unión y de fusión de la clase obrera y la izquierda. Queremos que también sepan que hacemos un congreso y que vamos a deliberar sobre su lucha, los familiares de la Masacre de Once, que se han mantenido firmes, no han cedido a la extorsión de un arreglo anticipado. Siguen la pelea por principios, siguen la pelea por sus hijos y siguen la pelea ¿contra quién?: contra los autores intelectuales que se habían salvado del juicio por el asesinato de nuestro compañero Mariano Ferreyra. Todos los que creyeron que habían zafado en aquel lugar, se encuentran sentados ahora en otro lugar. Esto demuestra que no había ningún infundio, no había ninguna arbitrariedad, cuando el Partido Obrero los señaló como autores políticos, intelectuales y responsabilizó al gobierno kirchnerista, políticamen! te, del cual ellos eran secretarios y ministros, por el asesinato de Mariano. Historia Compañeras y compañeros: no siempre los congresos del Partido Obrero tuvieron esta característica. El primer Congreso del Partido Obrero fue en la semiclandestinidad en noviembre de 1975. Para llegar, teníamos que atravesar varias barreras y controles policiales, y no sabíamos si algún escuadrón de la Triple A, creada por el general Juan Domingo Perón, no estaba al acecho. Fue semiclandestino porque publicamos un aviso en los diarios sobre una reunión de viajantes de comercio, en la zona de Villa Crespo, y entonces esa era la coartada general. A los más jóvenes les digo: hicimos dos congresos bajo Videla, en 1977 y en la última noche de noviembre del año 1982. El congreso empezó a las seis de la tarde y terminó a las seis de la mañana y los delegados entraban todos en un departamento y, ! a su vez, no entraban todos al mismo tiempo, sino cumpliendo un escalonamiento en los horarios. Es decir que hemos sido siempre muy cuidadosos en el desarrollo de la organización y en entender el momento político que vivíamos y este es un momento político en que hay que mostrar a la clase obrera cómo es y trabaja el Partido Obrero. Para decirlo en las palabras del compañero Alejandro Crespo, de Fate, y para que la repitan todos los trabajadores: “tenemos el apoyo y la colaboración del Partido Obrero -dijo- sin ninguna mezquindad, porque siempre ha buscado defender nuestros intereses generales”. O en las palabras de Víctor Grosi, quien machacó en ese mismo concepto. Es el objetivo de los socialistas, desde que se fundó el movimiento socialista, desechar cualquier interés particular y poner todo el esfuerzo en el desenvolvimiento de la clase obrera. Hoy, necesitamos que la clase obrera vea có! mo es este desarrollo, vea cómo se elabora en un congreso del PO. Es como si dijéramos: vení a tomarte un mate a casa y vas a conocer a los pibes y te voy a presentar a mi mujer, en la convicción de que si entra en nuestro hogar, vamos a ganar un amigo para siempre. Hemos tenido congresos que fueron diferentes del que va a comenzar el jueves. Estoy pensado, en particular en los congresos del año 2002, cuando nuestros compañeros estaban a la cabeza de un gigantesco movimiento piquetero, que fue el recurso que desarrolló la clase obrera para evitar que la bancarrota capitalista del país sumiera a masas enteras en la completa miseria y en la completa degradación. Fue cuando los compañeros abrían comedores por todos lados, agrupaban a las familias, daban un soporte, ahí estuvimos presentes. En el Congreso de 2002 se palpitó el movimiento piquetero, un movimiento piquetero que se palpita hoy, en ! la generación obrera que está luchando. Aunque no estén desocupados y tengan un trabajo, los une un método de lucha: los piquetes, los cortes; los une una conducta: la irreverencia, la rebeldía, la ausencia de especulaciones y la audacia. Es una línea que estableció el movimiento piquetero, el cual, en definitiva, volteó un gobierno como el de Duhalde. El lugar de este acto me recuerda una historia. De golpe me di cuenta de que no ocupo este lugar, acá arriba y este escenario, desde el año 1974, cuando los actos del Partido Obrero se hacían en Unione e Benevolenza; nunca más volvimos. Hoy nos parece un espacio reducido. En ese momento era lo más grande que teníamos. Fueron actos que la historia tendrá que registrar, porque fueron los actos en donde se expresó la militancia y la lucha del Partido Obrero para evitar la catástrofe que iba a culminar con la dictadu! ra militar. Fue donde defendimos el Cordobazo, los sindicatos que conquistábamos, el Villazo, y cuando nos empeñábamos en poner en pie una vanguardia obrera y decíamos que Perón volvía a la Argentina a aplastar al movimiento obrero que se había desarrollado como consecuencia del Cordobazo. Nosotros fuimos los únicos que señalamos la descomunal confusión que el retorno de Perón había provocado en el país. Mientras masas de jóvenes festejaban lo que entendía como el comienzo de la emancipación y salían a la calle y decían “Se van, se van y nunca volverá”, con referencia a los militares de 1973, en realidad estaban apoyando una salida política de un representante del capitalismo, que sabía que la preservación del estado capitalista dependía de la derrota de los trabajadores y que para alcanzar esa objetivo cre&! oacute; las Tres A y formó los grupos de tareas de las Tres A. Estas cosas las dijimos en Unione e Benevolenza y en el ’73, en el ’74 y en el ’75. No hay palmo de la historia de la Argentina de los últimos 50 años donde el Partido Obrero no haya tenido un rol muy protagónico, por lo tanto somos una creación histórica. Estamos fundidos en la historia de nuestro país. Ahora viene este nuevo congreso y este congreso no va a ser igual al del movimiento piquetero del año 2002, ni aquellos clandestinos o semiclandestinos de la época de Isabelita o la dictadura militar. Congresos diferentes que tuvieron su alcance y su importancia. Estamos en medio de un giro político muy serio, muy importante. De alguna manera el compañero Víctor Grosi lo dijo con una claridad, punzante, hiriente: hay que cambiar de identidad. A nadie le escuché decir tan blanco sobre negro, lo que está en j! uego ahora. Hay que clausurar una etapa de seguidismo a los partidos patronales y de dominio de la burocracia sindical, para abrir una etapa en que el movimiento obrero y el socialismo pasen a ser una misma palabra, un mismo concepto, una misma organización y una misma perspectiva. Huelga general Compañeros: a la luz de lo que acabo de decir, observen cómo cambia el carácter de la polémica sobre el paro último. La polémica verdadera, disimulada detrás del planteo de que el paro fue de Moyano y Barrionuevo, es sobre este tema de la unidad de la izquierda y el movimiento obrero. ¿Cuál fue la fuerza motriz del paro: Moyano y Barrionuevo? La fuerza motriz del paro fueron los trabajadores, como se demostró anticipadamente, en la huelga de los docentes de la provincia de Buenos Aires, que no habían librado una lucha de esta magnitud desde la famosa Marcha Blanca, contra el gobierno de Alfonsín, e! n 1988. El paro del otro día se nutrió de una tendencia popular, de las masas. Por eso hoy tenemos la huelga de Salta de esta magnitud y la de La Rioja, de esta magnitud. ¿Por qué se discute si fue de Moyano y Barrionuevo o de los trabajadores? Porque si es de Barrionuevo y Moyano estamos en la de siempre, un parito aquí, otro más allá, como la canción catamarqueña, y luego una negociación. Si es una tendencia de los trabajadores, en el actual cuadro político, esta tendencia marca una transición del movimiento obrero, en primer lugar a derrotar el ajuste, a terminar con la burocracia sindical y, en última instancia, a fundirse con la izquierda. Este es el contenido de la huelga reciente, lo que se pretende escamotear o disimular; es esto, exactamente, lo que pone de la nuca al kirchnerismo, porque tampoco podemos creer que son tan idiotas y crean que fue, realmente, un paro de Barrionuevo. Por! otra parte, como les dije a algunos medios: entre participar de un paro de Moyano y Barrionuevo por un aumento de 3 mil pesos de emergencia a los jubilados y los trabajadores y boicotear ese paro del lado de Repsol, del Club de París, el Fondo Monetario Internacional y los bancos locales para hundir a los jubilados, tenemos que estar con el paro de Moyano y Barrionuevo, por las reivindicaciones. Peronismo y la izquierda La degradación del peronismo es completa, lo cual demuestra que ya ha dejado de ser una fuerza que tenga algo que ver con la clase obrera. Se inicia, hasta cierto punto, un período nuevo que, en realidad ya se encuentra en desarrolla desde hace tiempo. Lo demuestra, incidentalmente, sobre todo para la gente de mi generación, este retroceso descomunal de entrar a discutir si un piquete es legítimo o no. Es una pseudocontroversia de locos: la resistencia peronista del ’55 y ’60 demolía al país con piquetes! y eran Aramburu y Rojas, eran los gorilas, quienes decían que los piquetes eran ilegítimos y los reprimían con brutalidad. Ahora tenemos al ‘peronismo avanzado’, al kirchnerismo, diciendo: ustedes no pueden cortar la circulación de una persona. Por supuesto que puedo cortar la circulación, ante el imperio superior del ejercicio de la huelga. Es un costo social menor frente a la tragedia de la explotación capitalista cotidiana. El domingo pasado asistí a un cumpleaños, en una familia numerosa. Fue una tarde muy linda, fue muy agradable. Todo el mundo estaba empleado en alguna fábrica, y sufría alguna afección, desde una columna vertebral resentida a dificultades de audición. No estoy hablando del ajuste, estoy hablando de la cotidianeidad de la explotación capitalista. Precisamente, para que esto no siga ocurriendo está la lucha por las 8 horas, está la lucha por el c! ontrol de los tiempos de trabajo, del ritmo de la producción. El derecho de circular y de carnerear es afectado para asegurar la victoria de la huelga por estas reivindicaciones. Los capitalistas bombardean los países, Irak, Siria, y se hacen los finos con el respeto al derecho de tránsito callejero y la libertad de trabajo (rompehuelga). Se argumenta de esta manera, mientras en la República Argentina el 70 por ciento de los trabajadores tiene un salario medio inferior a los 6.000 pesos. Es claro que este oficialismo pedorro refleja una involución ideológica gigantesca. La libertad de trabajo que esgrime el peronismo de todas las vertientes, es la gran consigna del capital, es la consigna de la compulsión, porque la libertad de trabajo es la obligación de todo trabajador de conchabarse con una patronal que le impone sus propias condiciones. La discusión, y por eso terminó adoptando un sesgo muy claro contra la izqui! erda, es una discusión sobre la tendencia política del país. La discusión es si el movimiento obrero, la juventud, va a la izquierda; si la izquierda está ganando cuerpos de delegados, como ahora ocurre con Ecotrans, que tiene veinte líneas de colectivos en el oeste de Gran Buenos Aires, y su patronal está vinculada al Sarmiento (es decir que no estoy hablando de moco de pavo, sino de una gran protagonista del proceso económico del país), y donde los compañeros clasistas y del Partido Obrero han recuperado la mayoría del cuerpo de delegados. Esta es la tendencia política fundamental, de esto vamos a estar hablando en el congreso. De cómo realizamos esta fusión y provocamos un salto histórico en el país, con la clase obrera y el socialismo unidos en un propósito histórico común. Necesitamos establecer los procedimientos y las características de es! ta unión. Lo vamos a hacer -es otro tema del congreso- en un año convulsivo, cuando el capital y el gobierno pretenden, como en tantos países del mundo, que la crisis capitalista la paguen los trabajadores. Esto nos obliga a presentar un programa muy completo, muy claro sobre cómo los trabajadores vamos a gobernar este país. Efectivamente, uno de los cambios más interesantes del periodismo y los medios, con relación al Partido Obrero, al Frente de Izquierda, a mí mismo, son las preguntas sobre cómo vamos a gobernar. La pregunta misma ya indica que estamos desarrollando una perspectiva de gobierno propia: una perspectiva del gobierno de trabajadores. En el peronismo, como ustedes saben, los trabajadores son la columna vertebral. Pero ahora que se descubrió que hasta el amor no nace del corazón sino del cerebro, lo importante es entonces quién es el cerebro de un movimiento político, no qui! én es la columna vertebral; y en el peronismo, el cerebro era cualquiera menos la clase obrera. La clase obrera ponía columna vertebral, las espaldas, para cargar con el peronismo. En el socialismo, la clase obrera es el cerebro; por eso, necesita un movimiento claramente socialista. No vamos a caer en la trampa despolitizadora que contrapone el sindicalismo, de un lado, y la política revolucionaria, del otro. Si los compañeros de sindicatos y fábricas tan importantes, que me precedieron en el uso de la palabra, señalaron el impacto que causó en ellos la franqueza del Partido Obrero, por qué no pensar que esa franqueza, o sea la proclamación de nuestros propósitos, va a impactar a millones de obreros y a millones de trabajadores. Es necesario impulsar la actividad sindical con una fisonomía política, y no atenuar esa fisonomía política, en cierto modo debilitarla, en cierto modo disminuir! su ritmo de desarrollo. Es una separación artificial. Cuando un militante de izquierda se presenta en una lucha, se advierte su condición. Es un error que lo disimule. Congreso socialista Por eso tengo una gran expectativa – que ya he expresado en reuniones previas al Congreso-, en las resoluciones de que la comisión sindical que se va a establecer en el Congreso, modifique aspectos importantes del trabajo en los sindicatos, para que estén en mayor consonancia, abiertamente en consonancia, con el camino político que hemos abierto como Partido Obrero y como Frente de Izquierda. Tuve oportunidad de observar que varios compañeros del Frente de Izquierda, del PTS, de IS, con los cuales he conversado en distintas oportunidades, coincidían conmigo en que a través de nuestra campaña política habíamos llegado a hogares obreros a los cuales no habíamos podido llegar por la actividad en las fábrica! s. Para decirlo con un ejemplo: un obrero votaba a la burocracia en la fábrica, y la familia, o quizá como consecuencia de la familia, votaban al Frente de Izquierda en las elecciones generales. Por este mecanismo político, los compañeros del Frente de Izquierda de esa fábrica, se estaban ganando un aliado para su trabajo. Porque casi un millón y medio de votos es toda una votación, toda una decisión. En este punto, lo que está ocurriendo en Salta es muy relevante, porque en Salta la identificación política con el Partido Obrero es masiva, se ve en las calles, en el contacto cotidiano, y como he señalado varias veces y espero que lo mismo ocurra en las otras provincias, la gente habla del Partido Obrero en la primera persona del plural; es decir, ‘Jorge, no nos dejemos engañar con esto de Urtubey’ o ‘no nos apresuremos’, o ‘sí, vayamos más rápido’. Como si, efectivamente, y esto es extraordinariamente positivo, se hubieran apropiado de la organización del mismo modo que nuestra organización quiere fundirse con la masa de los trabajadores. Tenemos que hacer un trabajo netamente político. El Frente de Izquierda ha abierto este camino, objetivamente. El hecho objetivo es que el Frente de Izquierda es el canal en que se manifiesta una tendencia fondo, para que masas enteras de trabajadores encuentren -y desarrollen por medio de su propia actividad- una expresión superior. Por eso uno de la propuestas que vamos a discutir es que el Frente de Izquierda convoque un congreso político, socialista, de la clase obrera y de la izquierda, eso sí, sobre la base de un programa y con un método de organización, con la consigna de unir a la izquierda y al movimiento obrero. Es mediante el desarrollo político de esta base social, que profundizaremos el desafío a los partidos tradicionales. Masificar la intervención de los trabajadores en las decisiones, en la orientación, en la discusión política de las organizaciones de la izquierda y hacer de la izquierda un factor de organización creciente en los sindicatos; no atenuar esta tendencia, sino desenvolverla en forma más resuelta. Lo demás, políticamente, realmente, no existe. O es la burocracia sindical y el peronismo patronal o es el Frente de Izquierda y el clasismo; en el medio no hay nada. El error más serio que podemos cometer es no asumir la responsabilidad que nos impone el desarrollo que hemos tenido, en los sindicatos, en las fábricas, en la juventud, en las universidades, en los colegios. ¿Todo esto es episódico? De ninguna manera, porque somos organizaciones que hemos atravesado largos años de lucha, nosotros como Partido Obrero, que en este año celebramos los cincuenta años, pero las otras corrientes políticas vienen de troncos políticos que también jugaron un papel histórico en el país; es decir que tampoco son una improvisación. A través de triunfos, derrotas, escisiones, peleas, han acumulado una experiencia histórica que hay que volcar a la clase obrera. El reclamo es que lo asumamos. Hemos dicho que este es un año convulsivo, de luchas, de huelgas generales. Compañeros, la consigna de huelga general nos coloca ante una responsabilidad inédita. Porque la consigna de huelga general es un acontecimiento político de masas, que se desarrolla en el marco de crisis políticas. Tenemos que decir qué desenlace político plantea el Frente de Izquierda en el marco de una huelga general; tenemos que señalar nuestra estrategia. Eso significa un nuevo desarrollo político, una nueva etapa histórica. Cordobazo C! oncluyo con esto: conozco bien la ilusión de cualquier generación de sentirse destinada a culminar ideales históricos. No hablo, sin embargo, en términos ilusorios, sino concretamente históricos. Esta tendencia a la unidad de la izquierda con el movimiento obrero, no es reciente, tiene medio siglo, viene del Cordobazo, Sitrac-Sitram, el Smata Córdoba, la UOM de Villa Constitución, la tremenda victoria que barrió a la burocracia del sindicato de la sanidad, al menos por un tiempo; las distintas tentativas de estructuración independiente en el período posterior a la dictadura. Nosotros somos portadores y concretamos una tendencia inscripta en la historia de este país nuestro. Eso es lo que da un carácter concreto, despojado de la ilusión generacional. Por lo tanto, el Congreso del Partido Obrero tiene una tarea muy interesante por delante y no voy a insistir en ella porque tampoco quiero abrumar! con la exageración de las responsabilidades, a los centenares de delegados que se van a reunir el jueves. Deliberarán y discutirán a partir de sus propias experiencias, a partir de las experiencias colectivas que han protagonizado, para que junto al desarrollo del Partido Obrero, el Frente de Izquierda vaya mucho más lejos de lo que ha ido hasta ahora. Muchísimas gracias. –



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