ABAJO LA DEVALUACIÓN Y EL AJUSTAZO
Declaración del Frente de Izquierda y los Trabajadores
-Aumento de salarios y plan lucha
-Por una salida de los trabajadores
La violenta devaluación de la moneda dispuesta por el gobierno nacional es un mazazo contra los trabajadores –pasivos y activos. Echa más leña al fuego de una inflación que carcome a los ingresos populares. La devaluación se suma al tarifazo en el transporte y otros ajustes, como el de la nafta. Y es un premio a los grandes empresarios, ya que apunta a licuar los salarios. La intención de este ajuste fue denunciada por nuestro Frente de Izquierda durante la campaña electoral.
La carestía, especialmente en los alimentos, ya ha pegado un nuevo salto. El anunciado “Progresar”, que es una farsa para la juventud que quiere estudiar y trabajar, ha nacido devaluado. La desvalorización de la moneda aumentará el peso de la deuda externa sobre el conjunto del estado nacional y de las provincias, cuyas deudas están atadas al dólar, lo que terminarán pagando los trabajadores y el pueblo. La suba de la tasa de interés significará la quiebra para los trabajadores endeudados y una retracción del crédito y de la economía, con su amenaza de suspensiones y despidos. Asimismo, el gobierno está re-endeudando a Argentina con el capital financiero internacional y malversando el fondo de garantía de la Anses. Las reservas siguen cayendo para asegurar el pago de la deuda externa usuraria, de acuerdo a las exigencias del imperialismo, el FMI y el Club de París.
La devaluación agravará también la factura del vaciamiento energético, a partir de las importaciones de combustibles. Es que el acuerdo con Chevron y otros monopolios petroleros ha establecido la dolarización del precio de los combustibles –el tarifazo permanente. La devaluación beneficia a los monopolios cerealeros e industriales que exportan y a la masa de especuladores de la Bolsa, pero acentuará todos los desequilibrios de la economía nacional. Se agravará el déficit internacional de Argentina y se acentuará la dependencia financiera del país respecto del capital extranjero y nacional.
Los Massa, Scioli, Cobos, Binner y Macri han saludado la devaluación y la suba de intereses y reclaman la completa libertad para el mercado de capitales, al igual que las corporaciones patronales. Todos ellos, al igual que el gobierno nacional y gobernadores provinciales, apuestan a ponerle un techo a las discusiones salariales en las paritarias.
A los promotores de ese ajuste gigantesco, sin embargo los acosa una pesadilla aún más grande: el temor a la reacción de los trabajadores. Ante la crisis, los trabajadores tenemos la posibilidad de imponer nuestra iniciativa. Todas las luchas parciales de los últimos meses han sido ganadas por los trabajadores. La burocracia sindical, en cambio, frena la movilización de los sindicatos por un aumento general de salarios y jubilaciones, y frena también el adelantamiento de las discusiones paritarias, dejando pasar el ajuste.
La situación creada plantea a las comisiones internas, cuerpos de delegados y sindicatos antiburocráticos y combativos la promoción de asambleas, plenarios o reuniones de activistas en el camino de un reagrupamiento y coordinación nacional, para votar resoluciones de programa y de lucha. Esta actividad mostrará al conjunto del movimiento obrero que se van preparando las condiciones de la respuesta, exigiéndole a los sindicatos y a las centrales obreras (CGTs y CTAs) que inmediatamente convoquen a plenarios de delegados con mandato para votar planes de lucha y un plan de lucha de conjunto. El Frente de Izquierda se compromete a poner todas sus fuerzas en el movimiento obrero al servicio de esta perspectiva.
Nuestras reivindicaciones son claras: un salario mínimo igual al costo de la canasta familiar, hoy en 10.000 pesos; por la indexación mensual de los salarios y jubilaciones; por el 82% móvil; prohibición de los despidos y suspensiones: reparto de las horas de trabajo sin afectar el salario. Abajo la precarización laboral: pase a planta de todos los contratados. Ningún tarifazo: por la apertura de los libros y los costos de todas las concesiones; por la reestatización bajo control de trabajadores y usuarios de la energía y el transporte, sin resarcimiento a sus vaciadores (Repsol, Edenor, Edesur, Cirigliano, Metrovías y otros). Por la apertura de los libros y el control obrero y popular de los monopolios alimenticios y comerciales formadores de precios.
En el marco de esta movilización, planteamos el no pago de la deuda externa usuraria y fraudulenta; la nacionalización, sin resarcimiento, y el monopolio estatal de la banca y el comercio exterior.
Que la crisis la paguen los capitalistas; por un plan económico y político de los trabajadores. Por congreso de bases del movimiento obrero, para discutir un programa y un plan de lucha en defensa de todas las reivindicaciones obreras, contra el ajustazo.
-Aumento de salarios y plan lucha
-Por una salida de los trabajadores
La violenta devaluación de la moneda dispuesta por el gobierno nacional es un mazazo contra los trabajadores –pasivos y activos. Echa más leña al fuego de una inflación que carcome a los ingresos populares. La devaluación se suma al tarifazo en el transporte y otros ajustes, como el de la nafta. Y es un premio a los grandes empresarios, ya que apunta a licuar los salarios. La intención de este ajuste fue denunciada por nuestro Frente de Izquierda durante la campaña electoral.
La carestía, especialmente en los alimentos, ya ha pegado un nuevo salto. El anunciado “Progresar”, que es una farsa para la juventud que quiere estudiar y trabajar, ha nacido devaluado. La desvalorización de la moneda aumentará el peso de la deuda externa sobre el conjunto del estado nacional y de las provincias, cuyas deudas están atadas al dólar, lo que terminarán pagando los trabajadores y el pueblo. La suba de la tasa de interés significará la quiebra para los trabajadores endeudados y una retracción del crédito y de la economía, con su amenaza de suspensiones y despidos. Asimismo, el gobierno está re-endeudando a Argentina con el capital financiero internacional y malversando el fondo de garantía de la Anses. Las reservas siguen cayendo para asegurar el pago de la deuda externa usuraria, de acuerdo a las exigencias del imperialismo, el FMI y el Club de París.
La devaluación agravará también la factura del vaciamiento energético, a partir de las importaciones de combustibles. Es que el acuerdo con Chevron y otros monopolios petroleros ha establecido la dolarización del precio de los combustibles –el tarifazo permanente. La devaluación beneficia a los monopolios cerealeros e industriales que exportan y a la masa de especuladores de la Bolsa, pero acentuará todos los desequilibrios de la economía nacional. Se agravará el déficit internacional de Argentina y se acentuará la dependencia financiera del país respecto del capital extranjero y nacional.
Los Massa, Scioli, Cobos, Binner y Macri han saludado la devaluación y la suba de intereses y reclaman la completa libertad para el mercado de capitales, al igual que las corporaciones patronales. Todos ellos, al igual que el gobierno nacional y gobernadores provinciales, apuestan a ponerle un techo a las discusiones salariales en las paritarias.
A los promotores de ese ajuste gigantesco, sin embargo los acosa una pesadilla aún más grande: el temor a la reacción de los trabajadores. Ante la crisis, los trabajadores tenemos la posibilidad de imponer nuestra iniciativa. Todas las luchas parciales de los últimos meses han sido ganadas por los trabajadores. La burocracia sindical, en cambio, frena la movilización de los sindicatos por un aumento general de salarios y jubilaciones, y frena también el adelantamiento de las discusiones paritarias, dejando pasar el ajuste.
La situación creada plantea a las comisiones internas, cuerpos de delegados y sindicatos antiburocráticos y combativos la promoción de asambleas, plenarios o reuniones de activistas en el camino de un reagrupamiento y coordinación nacional, para votar resoluciones de programa y de lucha. Esta actividad mostrará al conjunto del movimiento obrero que se van preparando las condiciones de la respuesta, exigiéndole a los sindicatos y a las centrales obreras (CGTs y CTAs) que inmediatamente convoquen a plenarios de delegados con mandato para votar planes de lucha y un plan de lucha de conjunto. El Frente de Izquierda se compromete a poner todas sus fuerzas en el movimiento obrero al servicio de esta perspectiva.
Nuestras reivindicaciones son claras: un salario mínimo igual al costo de la canasta familiar, hoy en 10.000 pesos; por la indexación mensual de los salarios y jubilaciones; por el 82% móvil; prohibición de los despidos y suspensiones: reparto de las horas de trabajo sin afectar el salario. Abajo la precarización laboral: pase a planta de todos los contratados. Ningún tarifazo: por la apertura de los libros y los costos de todas las concesiones; por la reestatización bajo control de trabajadores y usuarios de la energía y el transporte, sin resarcimiento a sus vaciadores (Repsol, Edenor, Edesur, Cirigliano, Metrovías y otros). Por la apertura de los libros y el control obrero y popular de los monopolios alimenticios y comerciales formadores de precios.
En el marco de esta movilización, planteamos el no pago de la deuda externa usuraria y fraudulenta; la nacionalización, sin resarcimiento, y el monopolio estatal de la banca y el comercio exterior.
Que la crisis la paguen los capitalistas; por un plan económico y político de los trabajadores. Por congreso de bases del movimiento obrero, para discutir un programa y un plan de lucha en defensa de todas las reivindicaciones obreras, contra el ajustazo.