Emotiva y multitudinaria ceremonia de beatificación del cura Brochero
El predio de 11 hectáreas está colmado de fieles. Encabezó la ceremonia el enviado del papa Francisco, el cardenal Angelo Amato. En Villa Cura Brochero, Córdoba, los fieles enfrentaron la helada noche con mate, pan casero, música y bolsas de dormir.
El “cura gaucho” José Gabriel Brochero fue oficialmente beatificado en una ceremonia que presidió el enviado del Vaticano, el cardenal Angelo Amato, y que se desarrolla en la localidad cordobesa que lleva su nombre.
Ante una multitudinaria presencia de fieles, el cardenal Amato dio lectura al instrumento papal que concedió la investidura de beato al cura y se descubrió la imagen del nuevo beato argentino.
Despuás de casi 100 años de su muerte, el "cura gaucho" es oficialmente beato. Si se comprueba un segundo milagro en estudio, será santo. En una ceremonia íntima y muy emotiva, lo describieron desde el altar como “un pastor con olor a oveja”.
Corriendo. A las apuradas. Como si los empujara una necesidad divina de ganarse el primer lugar. Adelante, contra las vallas y peleándole al viento frío y seco a pura fe. Así fue el ingreso de los primeros peregrinos al predio Cristo Blanco, donde fue beatificado el Cura Brochero. “Vinimos a presenciar una
fiesta del pueblo. Pasamos dos noches a la intemperie y acá estamos, con más ganas de antes”, le dijeron a Clarín las jóvenes Ana Pastor (31), Sofía (19) y Carolina (28), de las congregaciones la Escolapias y Esclavas.
A las 12. 05, parte de la multitud ingresó ansiosa y en malón al predio. Entre tantos, estaban Leonel y Carolina, una pareja de San Miguel, Buenos Aires, que vinieron exclusivamente a Traslasierra para la beatificación del “cura gaucho”.
Pero la vigilia, en realidad, comenzó muchísimos antes y en las calles de la ciudad. Pasadas las 20, unas 5 mil personas siguieron con atención y por una pantalla gigante, la misa que presidió el Cardenal de Paraná, Estanislao Karlic.
“Nosotros vinimos desde Santa Fe a presenciar algo histórico y conmovedor. Lo conocimos a Brochero en unas vacaciones y somos devotos de él. Esto es muy emocionante”, explicó a Clarín Alicia, mamá de Juan Facundo y Ezequiel.
Mientras tanto, en las veredas y con el multitudinario murmullo espiritual de fondo, la gente se confesaba espontáneamente con los sacerdotes que pasaban por allí.
La de hoy fue una madrugada larga, fresca y conmovedora en Villa Cura Brochero, esta pequeña localidad de poco más de 7 mil habitantes. El mate, las bolsas de dormir, el pan casero y la música, ganaron por goleada en un predio que ya tiene calor popular. A las 6, con el Rosario del Aura, comenzó oficialmente la ceremonia que terminará después del mediodía.
Desde la organización y en el palco de las autoridades, estuvieron presentes gobernador cordobés, José Manuel de la Sota; el jefe de Gobierno la ciudad de Buenos Aires, Mauricio Macri; en tanto que, en representación del gobierno Nacional, fue el presidente de la Cámara de Diputados, Julián Domínguez.
Bajo un cielo un tanto encapotado, la pasión por Brochero sorprende a propios y extraños.
El “cura gaucho” José Gabriel Brochero fue oficialmente beatificado en una ceremonia que presidió el enviado del Vaticano, el cardenal Angelo Amato, y que se desarrolla en la localidad cordobesa que lleva su nombre.
Ante una multitudinaria presencia de fieles, el cardenal Amato dio lectura al instrumento papal que concedió la investidura de beato al cura y se descubrió la imagen del nuevo beato argentino.
Despuás de casi 100 años de su muerte, el "cura gaucho" es oficialmente beato. Si se comprueba un segundo milagro en estudio, será santo. En una ceremonia íntima y muy emotiva, lo describieron desde el altar como “un pastor con olor a oveja”.
Corriendo. A las apuradas. Como si los empujara una necesidad divina de ganarse el primer lugar. Adelante, contra las vallas y peleándole al viento frío y seco a pura fe. Así fue el ingreso de los primeros peregrinos al predio Cristo Blanco, donde fue beatificado el Cura Brochero. “Vinimos a presenciar una
fiesta del pueblo. Pasamos dos noches a la intemperie y acá estamos, con más ganas de antes”, le dijeron a Clarín las jóvenes Ana Pastor (31), Sofía (19) y Carolina (28), de las congregaciones la Escolapias y Esclavas.
A las 12. 05, parte de la multitud ingresó ansiosa y en malón al predio. Entre tantos, estaban Leonel y Carolina, una pareja de San Miguel, Buenos Aires, que vinieron exclusivamente a Traslasierra para la beatificación del “cura gaucho”.
Pero la vigilia, en realidad, comenzó muchísimos antes y en las calles de la ciudad. Pasadas las 20, unas 5 mil personas siguieron con atención y por una pantalla gigante, la misa que presidió el Cardenal de Paraná, Estanislao Karlic.
“Nosotros vinimos desde Santa Fe a presenciar algo histórico y conmovedor. Lo conocimos a Brochero en unas vacaciones y somos devotos de él. Esto es muy emocionante”, explicó a Clarín Alicia, mamá de Juan Facundo y Ezequiel.
Mientras tanto, en las veredas y con el multitudinario murmullo espiritual de fondo, la gente se confesaba espontáneamente con los sacerdotes que pasaban por allí.
La de hoy fue una madrugada larga, fresca y conmovedora en Villa Cura Brochero, esta pequeña localidad de poco más de 7 mil habitantes. El mate, las bolsas de dormir, el pan casero y la música, ganaron por goleada en un predio que ya tiene calor popular. A las 6, con el Rosario del Aura, comenzó oficialmente la ceremonia que terminará después del mediodía.
Desde la organización y en el palco de las autoridades, estuvieron presentes gobernador cordobés, José Manuel de la Sota; el jefe de Gobierno la ciudad de Buenos Aires, Mauricio Macri; en tanto que, en representación del gobierno Nacional, fue el presidente de la Cámara de Diputados, Julián Domínguez.
Bajo un cielo un tanto encapotado, la pasión por Brochero sorprende a propios y extraños.